Monte Raparo

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El Monte Raparo, de gran encanto, se alza a 1761 metros sobre el nivel del mar, desde donde se puede admirar todo el panorama que abraza el valle del río Agri. El monte, con sus formas armoniosas, está en la cuenca natural de los valles del Agri y del Sinni y con la cima y la mayoría de las laderas se presenta con paredes calcáreas desnudas alternadas a una rada vegetación y de la cual se goza de una incomparable vista panorámica a trescientos sesenta grados.
El distrito del monte es recorrido por muchos caminos de tierra y senderos, con varias dificultades y desniveles, que permiten efectuar interesantes excursiones observando las peculiaridades ambientales del territorio. Una montaña de mil horizontes, sorniona y paciente, pero que sabe sorprender.

A lo largo de las laderas del Monte Raparo, testimonio poderoso del monaquismo italo-griego en el Sur de Italia, la abadía de Sant'Angelo al Monte Raparo se encuentra a unos seis kilómetros del poblado de San Chirico Raparo. El asentamiento monástico fue fundado en el siglo X por un grupo de monjes basilianos, que utilizaron la gruta de Sant'Angelo al Monte Raparo como primer refugio, para los ritos vinculados al culto de San Miguel, fundando allí el cenobio originario. Edificada sobre la gruta, la Abadía de Sant'Angelo al Monte Raparo fue declarada Monumento Nacional en 1927. Ha sido objeto de largos y complejos trabajos de restauración, que han afectado tanto al cuerpo de fábrica como a la cueva subyacente. Además, el complejo monumental forma parte de los lugares de interés medioambiental del Parque Nacional de los Apeninos Lucanos Val d'Agri Lagonegrese. La cueva, caracterizada por la presencia de estalagmitas y estalactitas, alberga una importante colonia de murciélagos, conserva un fresco que representa San Miguel, así como numerosas galerías y piscinas rituales, abastecidas por la fuente Trigella.