En el campo de Spinazzola, a 10 kilómetros de la ciudad, hay un depósito de tierra roja, llamado "La cantera de bauxita". Un lugar poco frecuentado a nivel turístico y quizás por este motivo tiene un encanto que va más allá de la costumbre. Las canteras estuvieron activas durante mucho tiempo, antes de que la bauxita fuera reemplazada por materiales más prácticos y menos costosos.
La presencia de este mineral fue descubierta en 1935 por el topógrafo Luca Nanna y el contador Paolo Cappiello, originarios de Altamura en una excursión a los territorios de Alta Murgia. Nanna y Cappiello recogieron algunas muestras y las enviaron a un laboratorio genovés. Habiendo comprobado la presencia de bauxita, decidieron establecer una empresa para la investigación y explotación minera del área. La cantera estuvo activa desde 1950 hasta 1978 y fue uno de los depósitos minerales más importantes en toda la península italiana. En ese momento, el material extraído fue transportado al puerto de Trani para luego enviarlo a Porto Marghera, donde estaban ubicadas las plantas de procesamiento de aluminio. La extracción de bauxita fue luego abandonada debido a la competencia extranjera.
Esta roca en particular se forma gracias a la alteración de las rocas calizas, derivadas de agentes atmosféricos y está compuesta de varias especies minerales, incluidos óxidos e hidróxidos, tanto de aluminio como de hierro, precisamente por este motivo el material se utilizó industrialmente para trabajar la alúmina de la que se obtiene el aluminio.