Situado en una colina a una altura de más de mil metros, Anzi se impone con toda su masa ciclópica de roca desnuda.
Un nido cohesionado de casas, algunas ennegrecidas por el tiempo, inclinándose contra a otra casi apoyándose unas a otras en una articulación de los caminos todos empinados, en cima de la roca que es el fondo, base y marco para el paisaje. Observando desde lo alto de la aldea las cuestas puntiagudas con saliente se recibe la impresión de anotar fantásticos campos de batalla en los que los titanes lucharon eligiendo piedras enormes. En la cima de la aldea dominan los restos de un castillo, símbolo y testimonio de un tiempo pasado donde la ciudad debe haber vivido momentos de esplendor. Aún hoy, en el territorio de Anzi hay una comarca llamada "Laraia", donde encontrarás numerosos e interesantes materiales de la era pre-romana: cenotálios, ídolos, armas, terracota y bronces con claros indicios de su origen, así como la presencia de ruinas y paredes antiguas.
El Bozza, en su estudio sobre Lucania, atesta que en el interior de Anzi fue descubierto alrededor de 1797, entre otras preciosas "antigüedades", una inscripción importante en la lengua osca con caracteres griegos, donde se lee una disposición pública sobre el entierro de la "casta" en el sepulchre del Anziati, llamado Einca, del osco Eincia, donde deriva entonces Einsia, Anxia, y Ansi. Aquí estamos en la cima del Monte Siri, el 'Sirr árabe, (Nzrr) en 1067 m. sobre el nivel del mar. Aquí, como se informa en la decoración colocada en un portal de estilo gótico de 1525, se ubica la capilla de S.Maria del Rosario o de S.Maria della Seta para darle el nombre de los antiguos.